Y llegó el día que no quería que llegara, y ocurrió la llamada que no quería que sonara y llegaron los recuerdos que no quería recordar. Hoy miro al pasado y lo veo, fuerte, en cada momento donde vuelvo a mirar siempre apareció y me salvó, y me faltó, pero me volvió a rescatar.
Fuimos diferentes, con distintas vetas y molduras, con nuestras rayas más o menos marcadas, pero de la misma madera. Yo admiraba las suyas y el las mías y así fuimos. Somos los que elegimos ser y a pesar de la distancia y la llamada espaciada, era como si solo hubieran pasado unas horas. Nuestros caminos siempre se volvían a cruzar, queríamos cruzarnos.
Voy a escribir que no te fuiste, voy a inventar que regresaste y aunque te quisieras ir, voy a soñar que escuchaste cuando te pedí que te quedaras.
Mis memorias dirán que pude florecer a pesar de las heridas y que vos lograste salirte de estas para buscar un lugar en el remedio, en la reconciliación de mis desiertos. Hicimos nuestros deberes, nos acercamos, nos odiamos y a pesar de ello siempre prevaleció el afecto, el cariño y la admiración por hacer siempre con lo que nos quedaba.
Fuimos músicos y no nos dimos cuenta, pero hicimos música juntos, fuimos armonía.
Hoy voy a escribir que nos hicimos camino al andar y que lo nuestro nunca fue el libreto sino más bien la improvisación, el cambiar las radios y retorcernos los oídos, el probarnos indefensos y el mostrarte mis poemas.
Así fuimos. No medibles. Inciertos. Rescatados. Yo decidí que te quería, sentí que te admiraba y estos días me queda llorar un rato, porque mañana es posible que te vuelva a sentir a mi lado.
Te quiero viejo. Estuviste siempre. Fuiste mucho. Y mi corazón está contento. Así fuimos.
Guillermo Simonini, hasta la victoria siempre.
por Guillermo Simonini Jacobacci
26 de Enero 2022